lunes, 10 de noviembre de 2008

Urriellu










Poema "Urriellu" que se leyó en Cabrales con motivo de la celebración del centenario de la primera escalada en 1904.
Ese día allí se reunieron escaladores de todo el mundo. En el intento de escalarlo por la cara oeste murieron muchos alpinistas. A ellos se hace referencia en el poema.

El Urriellu

5-agosto-1904=> 5-agosto-2004
Centenario de la primera escalada


Urriellu... ¡Majestad!, rey de los Picos de Europa,
paredes de hermosas gestas, aferradas al cielo,
y resistentes, con orgullo, al desgaste
de aguas, nieves, soles y vientos,
mito de alpinistas, trono que gobierna
un imperio de afilados surtidores de piedra y cielo,
cuerpos milenarios de hierática robustez,
dolores despedazados de forma enfurecida,
naturaleza indómita, emblema de Asturias,
divina sinfonía en la luz de la nieve,
escritura milenaria esculpida por el viento
entre abismos y pechos de roca.
¡Cuánto dicen tus piedras en mi alma!
¡Cuánto respetan los ojos que te miran!

¡Urriellu!... terrible pared vertical,
soberano de estas montañas.
¡Urriellu!...peña, peña, peña...
por tres partes
y la cuarta parte...
¡también peña!
¡Qué hondo respeto en el paisaje!
Con la mirada puesta en ti siento mi alma libre,
como las aguas que se deslizan peñas abajo,
como los anhelos que se escapan corazón arriba.
Desde abajo miro con respeto tus montañas,
desde arriba, después, las admiro con ternura;
el aire de sus cimas juntan alma y cielo.
Cantándote encuentro la ilusión de viejos sueños
y la gracia de ser el poeta que habla con tus montañas;
escucha los suspiros que se escapan...
escucha los nuevos versos.

Urriellu, Naranjo de Bulnes,
si la luna blanca ahuyenta la noche negra,
tú llenas de majestad el bosque de fantasmas
pétreos que la noche trajo con sus tules negros,
un río de emociones recorre las mejillas
y llena de paz mis ojos enamorados.
Santuario, templo elevado, devoción de almas nobles,
altar abierto al sacrificio de recias ofrendas,
gloria para los que alcanzan la paz de tu paraíso
piedra firme, frente regia, de todo corazón fuerte deseada...,
si de algún pretendiente malogrado
los valles retienen su grito,
hacia occidente devuelves tu eco dolido
y llevas sus almas a la inmortalidad segura.
Nadie será testigo de que tus ojos han llorado,
nadie dudará que tu corazón se ha partido.



Fernando Martín Posada

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