viernes, 31 de octubre de 2008

Un regalo de Fernando

Covadonga

Covadonga, templo esbelto,
respeto y cumbre infinita,
recuerdo profundo y fresco,
agua, cueva y madre dulce.
El gesto se hace devoto;
la razón, contemplativa.
La mirada puesta arriba
con sentimiento señero,
luz y rostro enamorado
confunden ojos y cielo.

¡Covadonga y más montaña,
más cueva y más sentimiento,
más dulzura y más entraña,
más piedra y mucho más cielo,
más altura y más España!


Covadonga..., Covadonga,
reposo tierno del alma,
donde mi voz tiembla humilde
y el corazón se me agranda,
ensueño y meditación
y sabor a eternidad.
Donde el cielo es piedra
y la piedra es cielo,
donde aire, dulzura
y naturaleza,
son cuna y son madre.
Covadonga...,Covadonga...

¡ Covadonga y más montaña,
más cueva y más sentimiento,
más dulzura y más entraña,
más piedra y mucho más cielo,
más altura y más España!


Fernando Martín Posada

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