La mirada de las mujeres valientes
La mirada de las mujeres valientes no irrita ni desafía,
ni teme al dolor de la soledad ni de la incomprensión.
Reconoce en un instante la generosidad y el aprecio,
y lo devuelve cada día haciendo de su vida
un lugar habitable y cálido.
En los momentos amargos convertirá el amor en rabia
y la rabia en desencanto y en ese vaivén neurótico,
todavía quedarán momentos para la risa
y las pequeñas cosas, que son la vida.
Si viviera en el desierto, los mágicos seres de las dunas
la nombrarían “reina de las caracolas”
y la mirarían con la mirada de las mujeres valientes.
Y alguna vez,
sólo cuando el sufrimiento ajeno la convoque
subirá al autobús de la amistad
compartiendo asiento con todos sus fantasmas.
¡A disfrutar de la jubilación!
Un beso
Maite
jueves, 30 de octubre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario